Foto. Familiares visitan la tumba de una víctima del tiroteo en Ahuas, Honduras. Credit Rodrigo Abd/Associated Press
Por Charlie Savage, The New York Times
WASHINGTON viernes 26 de mayo 2017.- – La DEA engañó al público, al congreso estadounidense y al Departamento de Justicia sobre una operación de 2012 en la que agentes comando fueron enviados a Honduras. De acuerdo con el inspector general del departamento, los agentes se involucraron en tres tiroteos que resultaron en víctimas civiles.
La agencia antinarcóticos dijo que el programa ya fue suspendido. Conocido como el Foreign-deployed Advisory Support Team, o equipo de asesoría con despliegue en el extranjero, sus integrantes recibieron entrenamiento militar para combatir a traficantes de opio vinculados al Talibán en la guerra de Afganistán. El programa después se expandió a América Latina en 2008 con el fin de combatir el narcotráfico trasnacional, y desembocó en los enfrentamientos violentos en Honduras en 2012.
El primer enfrentamiento sucedió el 11 de mayo en un río cercano al pueblo de Ahuas, cuando un barco chocó con una embarcación en la que viajaban agentes estadounidenses y hondureños con cocaína que habían confiscado. Alguien abrió fuego y murieron cuatro personas del barco más pequeño.
La DEA dijo en ese momento que las víctimas eran traficantes que habían atacado a los agentes e intentado capturar la cocaína, pero los habitantes locales dijeron que eran civiles inocentes. El inspector general del Departamento de Justicia, en su reporte de 424 páginas, no encontró evidencia que respaldara la versión de la DEA.
“Incluso cuando hubo información disponible para la DEA que era distinta a lo que señalaba su reporte inicial, como que el barco de pasajeros podría ser un taxi acuático que llevaba a personas en un viaje nocturno, los oficiales de la DEA se mantuvieron firmes”, dice el reporte, “con poca información que corroborara el que los individuos que fueron atacados por agentes hondureños eran narcotraficantes que intentaban llevarse la droga”.
El inspector general también puso en duda la afirmación de que el video de vigilancia comprobara que las personas en el barco habían disparado contra la embarcación con los agentes.
También rechazó los alegatos de la DEA de que la operación habían sido liderada por agentes hondureños. Descartó lo mismo para otras operaciones, en junio y julio de 2012, en las que agentes estadounidenses dispararon a muerte contra tratantes que supuestamente se rehusaron a rendirse e iban a tomar sus armas.
De hecho, el reporte señala que solo los agentes de la DEA y no los hondureños tenían el equipo necesario para comandar la operación, como el acceso directo a la inteligencia. En vez de tomar órdenes de la policía de Honduras, los agentes daban “instrucciones tácticas” a los hondureños durante las misiones. Y los relatos sobre los tres tiroteos muestran que los líderes de la agencia en el país “tomaron las decisiones cruciales y dirigieron las acciones tomadas durante la misión”.
La DEA después no cooperó con el Departamento de Estado durante la investigación de lo sucedido en Ahuas y la pesquisa interna en la agencia no fue más que “un ejercicio sobre el papel”, según el informe, porque el supervisor de FAST no entrevistó a los involucrados y solo recolectó declaraciones escritas.
La DEA anunció que acepta las conclusiones del inspector general.
El programa FAST ya terminó; es la segunda vez que la DEA desarrolla y abandona un programa estilo militar en el hemisferio.
La primera fue Operation Snowcap, que se dio a finales de los años ochenta y en los noventa en lugares como Perú y Bolivia y estaba enfocado en destruir pistas de despegue y aterrizaje usadas para contrabandear, y destruir laboratorios de drogas en la jungla. Fue suspendida en 1994 después de que un avión se desplomó en Perú y murieron cinco agentes.