Escrito por: Luis Manuel Gómez Gatón
08-Sep. 2018.– Pasar revista al día a día de esta sociedad matizada por el espectáculo, llama a pensar que algo huele a podrido.
Al presupuesto de que, cada cuatro años proponemos y elegimos las autoridades en las que delegamos nuestros poderes soberanos, para que estos representen, no su juicio, sino el de nuestras voluntades de pueblo cristiano, se contrapone el hecho de que cada día despertamos con el sobresalto de nuevas noticias, “comentadas” y ordenadas en secuencia tal que unas con otras se solapan en aparente inconexión. Mientras, por debajo pasan de manera aviesa, los pliegos de costumbres ajenas a nuestra identidad.
Para ellos quede claro: Que el aborto a la vida es un crimen.
Que la promoción de “género” es contra natura, pues no se sustenta ni en la biología ni en lógica social, sino en las desviadas normas de conductas, promovidas por algunas ONGs, como por el Hollywood y el Disney de hoy en día. Que la formación de nuestros hijos se sustenta en ideales altruistas, no en el adoctrinamiento que algunas ONGs pretenden introducir en nuestras escuelas.
Ante estos hechos tome el pueblo la clara conciencia de que algo huele a podrido, mientras tanto, como Iglesia, seamos “la voz que clama en el desierto”, la preeminencia de un juicio más severo.
_____________________________________ *El autor es Católico comprometido.
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