Fuente: Yahoo Noticias
17.-octubre.-2018.- El prestigioso Trinity College, fundado en 1592 por la Reina Isabel I y parte de la Universidad de Dublín, es el segundo hogar de Caitriona Lally, una madre soltera que ahí trabaja como conserje. De lunes a viernes, se levanta antes de las 5 de la mañana para llegar a tiempo a lavar los pisos. Pero el 24 de septiembre pasado, Caitriona cruzó las puertas para recoger un premio de literatura, en lugar de un trapeador.
Caitriona Lally fue la ganadora del Premio Rooney de Literatura 2018 que otorga el Trinity College a nuevas escritoras y escritores que tienen menos de 40 años y cuya prosa es «excepcional». La conserje se llevó a casa el reconocimiento, y 10 mil euros, por su primera y única novela «Eggshells».
El jurado describió la obra de la conserje como un «un libro que es resultado de un impresionante alcance creativo», además de «ingenioso», «sutil», «entrañablemente impredecible» y que «revela la visión artística que distingue a la escena literaria contemporánea de Irlanda».
El premio llegó en el mejor momento para esa conserje que mientras fregaba los pisos de la universidad, no dejaba de soñar con una carrera profesional en las letras.
«Había tenido un día muy difícil: me levanté temprano para ir a limpiar y regresé a casa agotada para atender a mi bebé, que no quería dormir. Así que escuchar por teléfono ‘ganaste el (premio) Rooney’ fue algo surreal. Parecía no encajar en el día tan malo que había tenido.
«Realmente, había renunciado a terminar mi segunda novela. Me parecía en vano. Pero saber que me había ganado ese premio me dio la confianza que me faltó en los últimos años y me regresó a mi escritorio para terminar mi segundo libro», contó Caitriona Lally a medios locales.
Con el dinero del premio, contó la conserje, pagará algunas reparaciones pendientes que tiene en su casa, así como una guardería de día para su hija, con el fin de que pueda concentrarse en su segunda novela, la historia de una mujer que viaja a Alemania para encontrarse con su hermano, de quien se había distanciado hace varios años.
«El sentimiento de que tu trabajo es reconocido no le gana a nada», aseguró.»Y, bueno, el dinero extra tampoco me vino mal».