“Bestiario dominicano 3” es una pérdida de tiempo, es un insulto al intelecto, una falta de respeto al análisis académico, un flaco aporte al debate literario y un mayúsculo daño a los imberbes que aspiran ejercer el difícil oficio de escribir.
Escrito por: Joel Rivera
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San Pedro de Macorís,.- 12.- mayo.- 2019.- En el epílogo de “Bestiario dominicano 3” Di Pietro dice que lo que escribe acerca de una obra no es una “crítica”, sino una “lectura”. “Ya que publicó una novela y yo la compré o él mismo me la regaló, entiendo que tengo todo el derecho del mundo a leerla como me dé la gana”, afirma. Continúa diciendo: “En la UASD tenía persona ante mí que ni siquiera habían comido todo el día; que llegaban de su trabajo para tomar clase nocturna, y para las cuales, hablar de forma, de tendencias, de métodos críticos, era un verdadero sinsentido. Eché en el zafacón del olvido la crítica teórica, con su afán por los métodos científicos de análisis, pues, y opté por la crítica ecléctica, cuyo método en gran medida enfatiza el contenido sobre la forma.” “Y esta, o sea, la ecléctica, es la crítica que practico en los análisis que hago de la novelística del país”. Imaginemos por un instante a un profesor de música que por tener estudiantes de escasos recursos elimine las teorías musicales y les enseñe a tocar de oído. Partir de estas premisas para analizar una obra literaria es lo más estúpido que puede expresar un catedrático con un supuesto doctorado en literatura; o tal vez, es la forma más cobarde de ocultar su deficiencia académica.
De mi novela “Cáceres Plasencia el último gavillero”, Di Pietro dice lo siguiente: “Joel rivera presenta su novela como un aporte suyo “al centenario de la invasión norteamericana de 1916-1924” Esto, en sí mismo, nos crea muchas expectativas. Vamos a leer una novela histórica, nos decimos. En ella, el autor reivindicará una página gloriosa, pero desde mucho tiempo olvidada, de la historia patria. Nos presentará personajes ejemplares como, en muchos sentidos, los fueron los “gavilleros, entendido estos claro está, como patriotas. Describiría la lucha desigual de un pueblo arrasado y pobre contra un enemigo invasor cruel y sin escrúpulos. Este pueblo luchará con el ideal de una patria libre y soberana en su corazón. .. Desgraciadamente tan pronto empezamos a leer la obra, nos percatamos del hecho de que el autor no hace nada de eso. Los gavilleros, como es obvio, no eran santos y muchos de ellos se dedicaron al robo, el pillaje y crueldades cono el mismo pueblo al cual, decían, estaban defendiendo. Los libros de historias no lo dicen. Pero un “aporte” siempre se entiende como una manera de subrayar lo bueno de un evento y, si no encubrir, por lo menos minimizar y explicar en parte lo malo…Nuestro afable autor, por el contrario, no hace más que pintarnos a los gavilleros exclusivamente como bandidos… ¿El concepto patria? Podemos olvidarnos de él. Rivera, aunque mencione el término “patria” aquí y allá no está de ningún modo interesado en él.” Como se podrá apreciar, para este señor, mi novela es mala porque no digo en ella que los gavilleros eran patriotas, ni afirmo que eran héroes dignos de estatuas en todo el territorio nacional, o porque no oculto las atrocidades que cometieron contra campesinos y mujeres indefensas. Decir que una novela es un tollo, que su autor es mediocre simplemente por enfocar los hechos diferentes a las expectativas del crítico literario o del lector, es la mayor estupidez que se pueda plasmar en un libro de crítica literaria.
Continúa Di Pietro en su “enjundioso“análisis: “Hay estupros de vírgenes frente a sus padres y de mujeres frente a sus propios maridos. También cosas que ocurrieron. Y los gavilleros, se entiende, estarían ahí, presentes, para evitar esto, para defender al pueblo de los abusos de los invasores. En este sentido, hubo acciones nobles y heroicas, como, por ejemplo, la acción de La Barranquita, dignas de la pluma de un auténtico novelista. O sea, acciones dignas de un novelista que está comprometido con el concepto de patria y quisiera poner de relieve las cosas positivas con relación a ese período tan triste por su país. El problema es que a Rivera no le interesa nada de eso”.
En esta parte de su crítica Giovanni Di Pietro contradice su propia estupidez: “En este sentido, hubo acciones nobles y heroicas, como, por ejemplo, la acción de La Barranquita, dignas de la pluma de un auténtico novelista”. De pronto, de un porrazo soy un AUTENTICO NOVELISTA, por el simple y estúpido hecho de narrar unos acontecimientos donde los gavilleros se enfrentan a los yanquis con honor y valentía. Como esta parte de la novela satisface lo que el “crítico” esperaba (su gusto personal por este hecho histórico) eleva mi pluma al patriotismo y paso a ser un novelista COMPROMETIDO.
Di Pietro, con argumentos cobardes afirma: “Lo que escribo acerca de una obra no es una “crítica” sino una “lectura”, trata de esconder su falta de conocimiento de narratología con este presupuesto infantil. No entiende ni sabe diferenciar, según Gérard Genette, un narrador heterocigótico de un homocigótico o auto autodiegético. Parece no saber que la estructura de toda narración está compuesta por la Narración, el Narrador, Espacio, el Tiempo y la Acción. Si lo supiera no hubiera dicho esta estupidez sobre mi novela: (…)”La obra empieza en 1916, pero se desplaza hasta los doce años de Balaguer sin que el autor se moleste mucho en darnos una idea del paso del tiempo” Con esta perogrullada Di Pietro da muestra de no saber que el tiempo en la narración no es cronológico, sino psicológico. Que las analepsias o flash-back interrumpe la línea temporal de la narración para abordar hecho del pasado. Y que la prolepsis o flashfoward interrumpe línea temporal de la narración para irse al futuro.
Pero una estupidez mayúscula y una falta del conocimiento mínimo de lo que es una novela lo manifiesta Di Pietro en este análisis. Dice de la novela: “Empieza , por ejemplo con el hijo de Cáceres Plasencia que, al oír a su abuelo demente hablar de un tesoro escondido , una noche , poniéndole una almohada en la cara, lo amenaza con matarle si no le revela dónde está el tesoro. Bueno, nos preguntamos, ¿es esta una buena manera de empezar una novela, con el nieto a punto de matar al abuelo. ¿Es cosa absurda, ¿no? Decir que una novela es un absurdo porque empieza con la muerte de uno de sus personajes es lo más ESTUPIDO que un crítico literario puede afirmar de una novela.
Di Pietro critica de manera burlona el realismo lingüístico que utilizo para recrear la forma de hablar de la época, y cae en nimiedades que nada aportan a la crítica cuando pongo en boca de los personajes algunas expresiones y sonidos guturales. Pero su estupidez crítica y de desconocimiento del idioma inglés raya en lo ridículo cuando trata de censurar expresiones en Inglés que aparecen en la obra: “Un marine dice: ““Get fire, get fire”, les dice. Falta, como es obvio, el artículo “the”. Sigue diciendo el Di Pietro en su clase de inglés: “se dice “oldman” en vez de “old man”, “Son of bicht” y no “Son of a bicht”. Por un lado, nunca he oído el término “get the fire”, `para esta expresión, sino “Get fire”. Pero en caso de que así fuera, desconoce este pseudo crítico que cuando el personaje es quien habla lo hace en su propio sociolecto, y que por lo tanto es válido cualquier regionalismo y no se pueden aludir faltas ortográficas o errores de pronunciación. En cuanto al idioma inglés, desconoce este políglota de postalita que en inglés, a diferencia del español, en la oración se puede omitir el artículo y los pronombres sin alterar su semántica. Por otro lado, continúa diciendo el estúpido Di Prieto que se dice “Son of bicht” y no “Son of a bicht, Le pido a cualquiera estudiante del idioma inglés que vaya a un diccionario y busqué cómo se escribe esta mala palabra en el idioma de Shakespeare.
Continua Di Prieto sobre mi obra: “Los marines, nos dice Rivera, para comunicarse con los dominicanos hablaban “spanglish”. Este es un invento del autor, pues este tipo de comunicación todavía no se había inventado. Emplear este “spanglish” al inicio de la obra hace que él invente un inglés inexistente”. Jajajajajajaja, me rio de este italiano aprendiz…. ¡Qué estúpido es este pseudo intelectual, no sabe distinguir el TIEMPO NARRATIVO, y que al tratar el tiempo debemos distinguir entre el tiempo externo, que hace referencia a la época en que se sitúan los acontecimientos que forman parte de la historia, y el tiempo propio de la narración: el tiempo interno, que marca las relaciones cronológicas entre el relato –el discurso– y la historia. Es decir, según este doctor en literatura no podemos escribir una novela del medievo con el español de hoy, porque ese idioma no existía para entonces. ¡Ignorancia total!
En el epilogo de “Bestiario dominicano 3”, después de abochornar con férreos epítetos las obras de muchos autores incluyendo “El degüello de Moca” de Bruno Rosario Candelier, Di Pietro se destapa con estas temerosas revelaciones: “Es que sí, lo admito ahora, hay instancia en que me he equivocado. Muchas veces sin saber exactamente en qué. En tiempos lejanos, por ejemplo, tuve una muy mala opinión de “Cuando amaba los terrenos comuneros” de Pedro Mir. Leí todas la obra, que es extensa de Horacio Read para concluir, como lo expresé, que era un “novelista inexistente”, un “dentista que se creyó novelista” Estos exabruptos no he tenido la oportunidad de rectificarlos. De Red condené sin misericordia “Las Civilizaciones”. Leí la novela como una obra psicológica, cuando había que leerla en clave nacionalista, algo de lo cual me di cuenta sólo recientemente, al discutirla con el amigo Alex Ferrera, en ocasión de su tesis de doctorado relacionada a la intervención yanqui de 1916. Al leer la novela de nuevo, descubrí que mi equivocación era garrafal. Ahora mismo la considero una de las mejores novelas. Ojala pudiera releer la obra completa de Read, pero ya es tarde, y solo otro crítico, con mucho entusiasmo y una grande iniciativa, puede llevar a cabo esta tarea.” Como se podrá notar, ayer la novela “Las Civilizaciones” de Horacio Read era un tollo para Giovanni Di Prieto, para él su autor era un dentista enganchado a novelista; hoy sin embargo, la misma obra para el “crítico” italiano “es una de las mejores novelas” ¿Se puede confiar en las opiniones de un “crítico” que ayer considere una novela un tollo literario, y un día cualquiera, cuando cambie su estado de ánimo, o cuando alguien le convenza a pensar lo contrario, esa misma novela la considere de pronto en una joya de la literatura?. Una novela no puede ser un manual de moral y cívica ni tampoco puede ser escrita para complacer pasiones individuales, religiones o ideologías políticas de un crítico. “Cáceres Plasencia el último gavillero” es una historia novelada, el protagonista no es el yanqui invasor ni el patriota gavillero: el protagonista son los hechos, crudos, desgarradores, criminales e inmorales; pero así ocurrieron y así son narrados. La novela cuenta las atrocidades del yanqui invasor contra un pueblo indefenso, pero también narra las atrocidades cometidas por los gavilleros a campesinos y mujeres indefensas. “Cáceres Plasencia el último gavillero” es las dos caras de una misma historia. Si la lees como libro de historia puedes estar de acuerdo o no con los hechos narrados; pero si la lees como novela tienes que hacerlo con la rigurosidad crítica que exige toda obra literaria.
“Bestiario dominicano 3” es una pérdida de tiempo, es un insulto al intelecto, una falta de respeto al análisis académico, un flaco aporte al debate literario y un mayúsculo daño a los imberbes que aspiran ejercer el difícil oficio de escribir. “Bestiario dominicano 3” de Giovanni Di Pietro es la ESTUPIDEZ encuadernada, promulgada por los enemigos de la literatura dominicana.
Esta hemorragia continuará…