Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez
SAN PEDRO DE MACORIS, martes.- 10- marzo.- 2020. Los hechos ocurridos el pasado domingo 16 de febrero que dieron como resultado la suspensión del proceso de votación de las elecciones municipales que en ese momento se estaban desarrollando en todo el país ha evidenciado que el sistema electoral dominicano está atrapado en las garras del fraude electrónico, digital y cibernético. La realidad expuesta lo ha comprobado.
Por más que expertos en la materia; por más informaciones publicadas por medios internacionales indicando que ese sistema de votación a resultado en un fracaso traumático, que obligó a descontinuarlo; por más que se denunciara los riesgos, peligros, asechanzas, posibilidades de infiltración, jaqueo digital y cibernético, la Junta Central Electoral (JCE), cumpliendo órdenes del gobierno de Danilo Medina y del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), insistió en esta modalidad del voto automatizado. La gran trampa tecnológica, la nueva forma para ejecutar los fraudes electorales, la nueva arma de que se valen los políticos corruptos y sin base popular para ganar elecciones.
Tuvo que colapsar de manera abrupta el sistema automatizado, un colapso masivo, estrepitoso y escandaloso, para que el mequetrefe presidente de la Junta Central Electoral (JCE) Julio César Castaños Guzmán, raudo, anunciara al país la decisión de suspender el desarrollo del escrutinio.
Pero también con rapidez Gonzalo Castillo candidato a la presidencia de la república por el gobernante PLD y sus aliados corruptos, compareció emitiendo una declaración pública demandando que se esclarezca la situación, y hasta se atrevió a pedir una investigación. El cinismo y la hipocresía no podían ser mejor. La estrategia del gobierno y de sus bocinas pagadas es vender la mentira de que eso fue obra de la oposición. Pero resulta que esa campaña desinformativa tendrás poco espacio en razón de que el 100 por ciento de las anomalías detectadas solo perjudica a los candidatos municipales de la oposición.
En San Pedro de Macorís en varias mesas electorales la cara del candidato Sergio Cedeño, en la mayoría de las mesas de votación, su rostro, su cara, no aparecía en la boleta electrónica a imprimirse por la máquina de votación, igual situación se presentaba con la mayoría de los candidatos a regidores y regidoras de los partidos de oposición. Y esto ocurrió en todo el país. No hay forma de ocultar la verdad del fraude electrónico, digital y cibernético.
El fraude electrónico. El fraude digital y cibernético, fue montado desde instancia interna de la JCE y desde conexiones internet que se apropiaron ilícitamente de la plataforma y herramientas digital de la JCE, y aunque el mismo no prosperó en su totalidad, no se consumió hasta la última fase pre-montada, programada, fue porque sus auspiciadores y jefes intelectuales, calcularon mal, no pensaron en las reacciones inmediatas de los concurrentes al certamen. Fueron extremos en su ejecución, no midieron su alcance político electoral resaltante, pues al hacerlo en la proporción que se desarrolló, produjo un enojo pluralizado en cadena de los votantes. Un escándalo cuyo sonido mediático repercutió alertando a la oposición y a los candidatos victimizados que con rapidez se percataron del problema y procedieron a denunciarlo.
El sabotaje fue inducido por manos expertas; de mañosos internacionales acostumbrados a operar fraudes informáticos y cibernéticos de sistemas electorales automatizados. Saben de su asunto y cobran altas sumas de dinero y otros privilegios por su trabajo sucio y delincuencial.
Ante la potencialidad de la crisis presentada y los riesgos al orden establecido Danilo Medina y el presidente de la JCE, asustado ante su crimen, no tuvieron otra alternativa que recular, y en consecuencia, anunciar la suspensión de la jornada de votación.
Tras esta acción que impidió la expresión de la Voluntad Popular la sociedad nacional y los partidos de la oposición se debería exigir con fuerza de pueblo la renuncia inmediata del presidente de la JCE y de los demás integrantes de esa institución del estado, pero resulta que esta petición al que favorece es al gobierno y su fraude en razón de que el danilismo gobernante controla todas las instancias legales para sustituir a los miembros de la JCE por otros identificados con sus intereses. Ante esta realidad se impone presionar con el pueblo en las calles, con la sociedad civil, que el proceso de votación tenga la transparencia necesaria para su confiablidad. Que sea rodeado de la vigilancia nacional e internacional para que bajo ninguna circunstancia se pueda perpetuar una distorsión de la voluntad popular. Que cada voto emitido sea contado con pulcritud a los ojos de todos los observadores. Que no se agregue ni quite ningún número a las actas finales.
Sabemos que despues de lo ocurrido el pasado 16 de febrero JCE carece de credibilidad, de confianza; que es una JCE impuesta por el Danilo y su PLD para perpetuar y permitir cuantas formas de fraudes que pueda ocurrírseles para con ello garantizar la continuidad en el poder de esa asociación de asesinos sociales que hoy gobierna el destino de República Dominica. Esto no se resuelve con dialogo amarrado, con promesas y medidas engañosas de entretención.
Recordemos que el gobierno controla el 97 por ciento de los medios de comunicación y que mediante el engaño y la manipulación mediática mantiene embobado e idiotizado a amplios sectores de la población, en especial a esa masa miseria que mal vive en los barrios pobres, a los que tienen adormecido mediante el chantaje y la intimidación. La actual crisis se resuelve ejerciendo fuerte presión social y política para que no se cometa ninguna travesura, trampa, engaño y manipulación de las votaciones.
La oposición, la verdadera oposición, debe ser enérgica en sus reclamos. Debe actuar sin cortapisa, con responsabilidad y sin temor a represalia. La actual crisis electoral hay que convertirla en una crisis política, se debe llamar a la movilización, hay que integrar al pueblo, a todos los sectores sensatos y cívicos de la sociedad a este reclamo. Es lo que aconseja el momento. De no actuarse así, entonces tendremos al PLD y sus socios de la delincuencia y la corrupción en la continuación sin pausa gobernando y sin oposición; a su antojo.
Valor. Coraje. Entereza ética. Capacidad de acción. Es el camino que impone esta crisis electoral. Es la respuesta al fraude electoral electrónico y digital ejecutado por el peledeísmo gobernante liderado por el presidente Danilo Medina.