Escrito por enrique Cabrera Vásquez.
SAN PEDRO DE MACORIS, domingo, 22.- marzo.- 2020.- Las imágenes dantescas de la procesión de vehículos militares llevando centenares de ataúdes con cadáveres para ser cremados víctimas de la pandemia del coronavirus ha estremecido el mundo. Los muertos en China y Corea del Sur no tuvieron ese impacto estremecedor. Tuvo que ser en Europa, en Italia y España, para que la comunidad mundial reaccionara horrorizada. Al momento de escribir este trabajo los medios internacionales reportan que Italia registra un nuevo máximo de 793 muertes en un día, elevando el total de fallecidos por la epidemia a 4.825. Se informa que el total de contagiados aumentó a más de 53.000, siendo la región más afectada Lombardía.
España supera los 1.000 muertos sin vislumbrar aún el pico de la epidemia y en consecuencia, «ha empezado a transitar por la zona más oscura de la crisis del coronavirus.
Otra noticia de medios indica. “La cifra de positivos en Alemania se ha disparado en las últimas horas, informa Ana Carbajosa, con casi 3.000 nuevos diagnósticos».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró un total de 234.073 casos de coronavirus en el mundo, las muertes se elevan a 9.840, según las estadísticas remitidas por los países afectados.
En nuestro país, República Dominicana, las autoridades sanitarias informaron un tercer fallecido y 112 casos de COVID-19, «se trata de un ciudadano dominicano de 51 años que tenía una patología gástrica previa y fue ingresado en San Francisco de Macorís (norte), según detalló el ministro en su primera rueda de prensa virtual».
«Asimismo, 37 de los infectados habían viajado a países con altos niveles de transmisión del virus, 18 se contagiaron en la República Dominicana y otros 57 casos están siendo investigados».
Desde Estados Unidos, Brasil, Colombia y otros países nos llegan noticias aterradoras. La muerte hace estragos entre la población más vulnerables. Un ambiente de recogimiento luctuoso se observa en las naciones afectadas con mas contundencia. Son escenas sobrecogedoras.
Atendiendo el protocolo internacional establecido el gobierno dominicano decretó cierre de fronteras y que los comercios no esenciales cesen en sus actividades, también prohibió las actividades culturales o deportivas para tratar de frenar el aumento de los contagios.
Vista la realidad en término emocional la situación ha creado una alarma general, un temor colectivo.
En el caso muy particular de República Dominicana la preocupación se generaliza frente a un sistema de salud caótico, ineficaz, inhumano, excluyente y corrupto. A lo que debemos sumarle una cultura de descuido, subestimación, desinformación, manipulación, y lo peor del caso, la politización de la pandemia.
El gobierno PLD-Danilo Medina está utilizando la situación con fines políticos electorales. Han montado una estrategia para convertir en votos la asistencia sanitaria pública, las ayudas, que es una obligación y responsabilidad del Estado y Gobierno, según lo establece nuestra Constitución. No hay reparos en manipular el COVID-19 convirtiéndolo en una ficha electoral, en vender un falso heroísmo, una falsa filantropía. Convertir las ayuda y el auxilio obligatorio en un chantaje de gratitud electoral.
Más que indigno e inhumano esto constituye una inmoralidad hiriente que atenta contra todo pudor de decencia y nobleza.
El gobierno Danilo-PLD quiere alterar la derrota electoral que acaba de sufrir en las elecciones municipales del pasado domingo 15 de marzo usando el COVID-19. Montar una parafernalia en publicidad con las bocinas mediáticas que reciben cientos de millones, los grandes beneficiarios de la corrupción y el robo del patrimonio público, para varias el sentimiento de repudio a este gobierno delincuente.
Los cómputos finales de las elecciones municipales indican que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se convirtió en la principal fuerza política del país, ganando 82 alcaldías, un 52% del total, frente a un PLD que redujo ampliamente su votación. Solamente alcanzó 64 alcaldías, el 41%. Pese a los cientos de miles de millones de pesos, la intimidación, y todo tipo de trampas, la Voluntad Popular le dijo con su voto que en mayo e pa fuera que van.
Por eso, asustado, han visto la pandemia del coronavirus como la última arma inmoral de que pueden valerse para intentar torcer la conciencia del pueblo. Manipulan las respuestas de salud con una intención nefasta: Robarse las elecciones o posponerla para ganar tiempo y tener mayores posibilidades para lavarle el cerebro a los indecisos.
En caso de que sus planes abortivos contra el deseo de la mayoría lograsen imponerse la reacción del pueblo, de la oposición, de la sociedad civil consciente, de todos los sectores comprometidos con esta cruzada cívica de rescatar la nación dominicana de las manos de estos rufianes y bandidos peledeísta, debe ser la calle. Tomar las calles para lograr con el pueblo movilizado lo que nos arrebaten mediantes engaños, fraude o el manejo político y electoral de COVID-19. Hay que estar atento y preparado para reaccionar con contundencia y fuerza de pueblo. Que nadie se amínale ni retroceda. No hay de otra. se trata de ¡Patria o Muerte!