Escrito por: Julio César Carrión.
(Fotos. El periodista Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo) mientras pronunciaba su conferencia “EL PODER”, el pasado sábado 15 de octubre 2014, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), sede de San Pedro de Macorís. En este mismo centro Mellizo Cabrera Vásquez ha pronunciado varias conferencias abordando tópicos de carácter cultural, científico, histórico, humano y social. (Fotos Julio César Carrión).
El Mellizo Cabrera Vásquez además de ser un reconocido periodista en esta comunidad es también un dirigente connotado del Partido Revolucionario Moderno (PRM), director político municipal del proyecto presidencial de Luís Abinader y director provincial de comunicaciones del referido proyecto político, en San Pedro de Macorís,
Con su acostumbrado dominio de la oratoria Mellizo Cabrera Vásquez improvisó su conferencia en la que hizo un recorrido teórico histórico de algunos connotados pensadores políticos y sociales que han esbozados en diferentes épocas el tema del poder con profundidad critica; destacando los aportes en ese sentido de Maquiavelo, el autodidacto filósofo e ilustrado suizo Jean-Jacques Rousseau, famoso por su tesis Del contrato social, el Sociólogo alemán Max Weber, el filósofo inglés Thomas Hobbes, el francés Michel Foucault, el filósofo venezolano Ernesto Vallenilla, el austro-inglés Karl Popper, el también francés Francisco Ávila–Fuenmayor, la alemana Hannah Arendt, el argentino Enrique Dussel y el chileno Hugo Zemelman Merino, así como los aportes de los filósofos del siglo XVIII, quienes, según Cabrera Vásquez, investigaron la moléculas del poder.
Puso énfasis en el concepto del poder de Michel Foucault, quien según Mellizo Cabrera, investigó los llamados hogares moleculares del poder utilizando la genealogía de las relaciones saber-poder.
Asimismo, ponderó las cuatro dimensiones del poder establecida por Eric Wolf y el legado de Max Weber y de su discípulo Robert Michels.
Citó a Weber cuando dijo que «determinado mínimo de voluntad de obediencia, o interés en obedecer, es esencial en toda relación autentica de autoridad». Indicó que este concepto fomenta el autoritarismo y la obediencia obligada propia de los regímenes fascistas.
Destacó que Hugo Zemelman Merino pregunta si sabemos leer el poder, porque para éste pensador chileno es importante interrogar el futuro y saber leer el poder.
Dijo que al respecto Zemelman Merino sostiene que, » no sabemos interrogar el futuro porque no entendemos el presente y no entendemos el presente porque no pensamos el presente y porque estamos careciendo de algo fundamental para leer el presente que es la memoria, la tradición, la seguridad que da la experiencia».
Apoyó sus razonamientos sobre el Poder recurriendo a algunas ideas expuestas por Zemelman Merino quien destacó que tres mil años antes de Cristo los antiguos egipcios sostenían más allá de su visión filosófica que el futuro siempre habla cuando se le sabe preguntar.
Dijo que para Zemelman Merino eso es algo viejo porque ya en 1548, el francés, Étienne La Boétie escribió un ensayo de 30 páginas titulado el discurso de la servidumbre voluntaria, donde expresaba su preocupación porque veía cómo el hombre le transfiere su responsabilidad como persona a otro entendiéndolo como una forma sutil de eludir su responsabilidad social frente a la realidad que lo golpea. Al respecto recordó que Heráclito en el siglo V antes de Cristo se quejaba de las tantísimas gentes que se paseaba por la ciudad de Feso creyendo que estaba despierto sin darse cuenta que estaban dormidos, sin hacer nada, sin asumir una actitud que lo sacara de la postración impuesta.
Dijo que algo parecido sucede en la actualidad donde el capitalismo globalizado incentiva la individualidad, el consumo por consumismo mientras se asumen roles que distancia al hombre de tener un pensamiento propio.
Manifestó que la indiferencia entronizada como cultura primaria aleja hoy al individuo de su responsabilidad histórica y social convirtiéndolo en un sujeto impensante, atrapado en la manía tecnológica, chateando, y haciendo todas esas cosas que la modernidad tecnológica permite y promueve sin importarnos la realidad del entorno ni las dificultades y penurias a que somos sometidos.
Señaló que el filósofo e historiador argentino Enrique Dussel describe en su obra la fetichización del poder que éste se manifiesta cuando las instituciones se creen el poder por encima de la voluntad popular, sustituyendo al pueblo e interpretándolo sin consultarlo para nada.
Dijo que Dussel apoya su argumento señalando que «aunque deleguemos representativamente el ejercicio del poder, el ciudadano sigue siendo activo en el ejercicio del poder, es decir, habría que ir viendo si las instituciones son un lugar de ejercicio delegado, el individuo no debe entregar el ejercicio exclusivamente a las instituciones”.
Al final exhortó a los estudiantes y demás integrante del auditorio a desarrollar un pensamiento propio, critico, indagador, priorizando la solidaridad humana y demandando el ejercicio del poder, del poder que tenemos cada uno de nosotros, no solamente como ente alternativo en la dirección de la cosa pública sino en razón de los intereses y necesidades fundamentales, que según él, es garantía de un sistema de vida digno, idóneo, equitativo, decente y consecuente con toda condición humana.