Caracas, 14 de diciembre de 2014.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, expresó este domingo que gracias a las revoluciones Bolivariana y Cubana, lideradas por los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, respectivamente, otros países latinoamericanos han podido impulsar procesos revolucionarios propios basados en su ejemplo.
«Las revoluciones las empezaron dos comandantes: Fidel y Hugo, quienes organizaron e integraron a los países latinoamericanos», reflexionó el mandatario boliviano, «Estamos muy contentos de estar a la cabeza de Fidel y Hugo. Seguimos creciendo porque somos países que buscan la integración y no la intervención», dijo Morales en su discurso de clausudar de la XIII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), en La Habana, Cuba.
Esos ideales revolucionarios transmitidos por Castro y Chávez fueron fundamentales para el proceso político que actualmente se vive en Bolivia y que es liderado por Morales desde hace ocho años.
«Estamos debatiendo de manera directa y eso nos ha servido para llevarlos a Bolivia. Quiero expresar mi respeto y admiración por Fidel y Chávez (…) que tanto hicieron por los latinoamericanos. Somos hijos de esta revolución de Cuba. Gracias por guiarnos, por hacer nuestra revolución en Bolivia como en otros países», dijo.
«Una vez le pregunté a Fidel, ¿Cómo se hace revolución?, y Fidel me dijo: ‘Evo tienes que hacer lo que hizo Chávez organizar y movilizar al pueblo'», recordó el mandatario boliviano, quien igualmente comentó la anécdota sobre el surgimiento de la Misión Milagro, otra de las iniciativas humanistas de estos líderes revolucionarios.
«Ellos decían que con Misión Milagro podrían operar de la vista gratuitamente a 100 mil latinoamericanos», dijo Morales al rememorar la conversación que ambos líderes sostuvieron en una Cumbre del Alba, «Gracias a esa solidaridad del pueblo cubano, sólo en Bolivia se han operado 700 mil ciudadanos, por eso estoy agradecido con Cuba y su pueblo».
El Alba, que nació en La Habana, Cuba, el 14 de noviembre de 2004, como una alternativa de integración para los países latinoamericanos y caribeños, con énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, ha crecido obteniendo logros sustanciales en desarrollo humano, social y económico para sus países miembros.
Además, se ha consolidado en los últimos 10 años como un bloque que ha vencido la hegemonía del capitalismo para promover relaciones de integración y complementariedad, e impulsar el crecimiento económico de la región.
De este modo, entre 2004 y 2014 la economía del bloque conformado por Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, Ecuador, Venezuela, Cuba, Bolivia, Dominica, Nicaragua y Santa Lucía, experimentó un incremento de 25% en su Producto Interno Bruto (PIB).
Entre los logros sociales destacan el Programa de Alfabetización y Postalfabetización que ha beneficiado a más de tres millones y medio de personas en el área, así como las acciones de solidaridad frente a situaciones de emergencia, como en el terremoto de Haití, en 2010, y en África, para combatir el ébola.
La Alianza está integrada por Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela; mientras que Haití, Irán, Siria, Honduras y El Salvador se mantienen como Estados observadores.